Ella sube al taxi algo aturdida. Deja pasar unos segundos de mareo y le dice al taxista: “eh, buenas noches, a san San Juan y Colombres”
El impacto de las cuatro puertas trabándose la asusta y relojea con sus miradas al hombre a través del espejo.
Decide vengarse abriendo rápidamente su ventanilla y haciendo sonar el cierre de su cartera que también abrió para sacar algo (de no mucha importancia).
Se siente más aliviada y seductora, puede suspirar.
Ella observa el recorrido acelerado por la calle Moreno y le cuestiona: “¿Era lo mismo venir por Independencia?”
Él: “Sí, es una avenida paralela a ésta”
Ella: “Se me hizo más lento por acá”
Él: “Debe ser por los semáforos”
Ella: “Claro, ahí hay onda verde”
Él: “Claro”
Ella: “La próxima venga por avenida Independencia”
Él:”La próxima vez que la alcance para su casa vengo por Independencia”
Otra vez ella mordió su labio.